ORGANIZARSE
PARA LAS LUCHAS POR VENIR Y FORJAR UN ESTADO DECENTE Y UNA SOCIEDAD JUSTA
El silencio de las
armas es un paso indefectible, necesario y práctico al camino de la paz, pero
no es la paz. Ésta tiene su escenario en la posguerra, mediante un proceso de
construcción sostenido y sostenible. La paz implica rescatar para los
ciudadanos la red hospitalaria del país; significa que obre el valor de la
justicia a través de una administración
de justicia que no discrimine a los ciudadanos por sus condiciones económicas,
sociales, culturales, políticas y similares.
La paz conlleva revisar
el perverso modelo económico del país que puso a hombres y mujeres al servicio
de la economía del mercado, modelo que debe ser reemplazado, porque los
mercados no tienen ni alma ni corazón, para poner al contrario la economía al
servicio de las personas en consonancia con lo que marcó la Asamblea Nacional
Constituyente, al afirmar que Colombia sería un Estado social de derecho.
La paz significa la
eliminación del extractivismo que desplaza poblaciones, acaba territorios y
destruye la naturaleza. La paz significa no trazar igualdad entre desiguales,
porque eso genera mayor desigualdad y, en consecuencia, buscar mecanismos
alternos, dosificados para el acceso de diferentes capas de la población
a los centros de bachillerato y las
universidades colombianas.
La paz significa una
política de empleo que no esté maquillada por el inmenso número de personas que
están trabajando en oficios de la economía informal. La paz significa en
consecuencia que abramos esta democracia y que la impulsemos con una especie de
expresión horizontal de la misma, con base en los consensos, en las consultas y
en decisiones que cuenten con la inmensa mayoría del apoyo de los colombianos.
La paz significa que en
lugar de seguir librando la famosa guerra contra las drogas, se le dé reales
oportunidades en estrategias, acciones y políticas a los campesinos pobres para
que democratizado el campo desarrollen un modelo democrático de producción y
distribución de alimentos en contravía de las Zidres que propician la
concentración de la tierra y la inversión de los grandes capitales nacionales y
extranjeros.
La paz significa que la
academia pueda estudiar criticamente los problemas del país y presentar
soluciones, sin ser sometida a una cacería de brujas y a una persecución feroz
como la que hoy mantiene tras las rejas al insigne profesor Miguel Ángel
Beltrán y que ha exiliado, asesinado y encarcelado a otros académicos que han
propuesto un país diferente.
La paz generará una
nueva forma de hacer política distinta al aprovechamiento de las redes de
clientela, el condicionamiento de los dineros de los contratistas, los
chantajes burocráticos y el soborno en las registradurías. La paz significa
cercenar la inequidad y enaltecer la justicia… “La paz es un derecho y un deber
de cada ciudadano”.
Por lo anterior el fin
de la guerra es un camino hacia la construcción de la paz; camino que debemos
transitar juntos, organizados, con la firme decisión de no descansar hasta que
una nueva Colombia sea la Plaza libre donde puedan jugar, crecer y
desarrollarse nuestros hijos y nietos, donde los padres no sufran el penoso
tormento de enterrar a sus hijos y donde el miedo no sea una constante que
desplace esperanzas por incertidumbres.
En
consecuencia:
1. Danos un parte de victoria de la V Cumbre
Nacional por la Paz, realizada en más de 99 ciudades del país, apoyada por una
red amplia de universidades privadas y públicas y por múltiples organizaciones y movimientos sociales.
2. La
V Cumbre insta al Gobierno Nacional y a la insurgencia de la Farc a concluir en el menor tiempo posible
los acuerdos que hagan viable la firma del final del conflicto militar interno
y la puesta en marcha de la implementación.
3. La
V Cumbre demanda de manera perentoria al Gobierno Nacional y a la insurgencia
del ELN a definir, a concretar, la conclusión de la fase exploratoria y a
instalar a la mayor brevedad posible la mesa de dialogo de fase pública.
4. La
V Cumbre registra con satisfacción las jornadas cívicas y de expresión de
protesta que se desarrollaron en todo el país y destaca que el ambiente
ciudadano, pacífico de la protesta es la manera adecuada de tramitar los
conflictos sociales hacia futuro.
5. La
V Cumbre se opone a la ley que aprobó las Zidres; apoya la demanda presentada
ante la Corte Constitucional y propugna por una real democratización del campo
sin extractivismo.
6. La
V Cumbre convoca desde ya la realización dentro de un año de la SEXTA CUMBRE
NACIONAL POR LA PAZ, la que podría ser la primera cumbre que se desarrolle en
un contexto de una Colombia que haya puesto punto final a la guerra.
7. LA
V CUMBRE NACIONAL POR LA PAZ advierte a
los diversos sectores de la sociedad colombiana víctimas del marginamiento, la
inequidad y la exclusión a rebasar el mero marco de la protesta y de manera
perentoria a organizarse para así poder ordenar las luchas por venir y forjar
un Estado decente y una sociedad justa.
UNIVERSIDAD
LIBRE, CALI MARZO 18 DE 2016
Copia: Mesa de La Habana. Presidencia de la
Republica. Alcaldías del Cauca y Valle del Cauca. Ministro del Posconflicto.
Organizaciones y movimientos sociales. Medios de comunicación.
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