domingo, 13 de marzo de 2016

De noviembre de 1994 a marzo de 2016: una parábola de más de 21 años. INFORME ESPECIAL

En su edición del viernes 3 de marzo de 1995, el diario El País de Cali incluyó una reseña de la primera jornada de la Segunda Cumbre Nacional por la Paz, cumplida en Popayán. (Foto reproducción: Luis Alfonso Mena S.).
HISTORIA DE LAS CUMBRES NACIONALES POR LA PAZ CONVOCADAS POR LA UNIVERSIDAD LIBRE DE CALI

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Las cumbres nacionales por la Paz lideradas por la Universidad Libre de Cali, cuya quinta versión se realizará en 13 ciudades de Colombia entre el 17 y el 18 de marzo de 2016, tienen una historia prolongada en el tiempo, pues nacieron en la década de los años 90 del Siglo XX, cuando el país insistía, luego de no pocos fracasos, en esfuerzos por retomar conversaciones entre la insurgencia armada y el Gobierno de las élites tradicionales.

Algunas de esas negociaciones redundaron en acuerdos, como ocurrió con el movimiento 19 de Abril, M-19, y con otros siete grupos o fracciones de organizaciones urbanas y campesinas en armas que firmaron pactos, el primero con el Gobierno de Virgilio Barco Vargas, y los demás durante el mandato de César Gaviria Trujillo.


Aparte del acuerdo con el M-19, que tuvo lugar en Bogotá el 9 de marzo de 1990, se rubricaron pactos con el Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT, en Don Gabriel, municipio de Ovejas, departamento de Sucre, el 25 de enero de 1991; el Ejército Popular de Liberación, EPL, en Bogotá, el 15 de febrero de 1991, y el Movimiento Armado Quintín Lame, en Caldono, Cauca, el 27 de mayo de 1991.

Asimismo, con los Comandos Ernesto Rojas, en Bogotá, el 20 de marzo de 1992; la Corriente de Renovación Socialista (escisión del ELN), en Flor del Monte, Sucre, el 9 de abril de 1994; las Milicias de Medellín, en la capital antioqueña, el 26 de mayo de 1994, y el Frente Francisco Garnica, en Cañaveral, Bolívar, el 30 de junio de 1994.[1]

Sin embargo, fracasaron conversaciones posteriores, las abiertas en 1991 en Caracas, Venezuela, que continuaron en 1992 en Tlaxcala, México, entre el Gobierno de Gaviria Trujillo y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, de la que hacían parte las Farc, la mayor de las organizaciones insurgentes del país, un sector del EPL y otro del ELN.

Además, Colombia continuaba siendo testigo del genocidio cometido en contra de la militancia y de los dirigentes de la Unión Patriótica, el movimiento político surgido del primer Acuerdo de Paz entre las Farc y el Establecimiento, representado por el presidente Belisario Betancur, y firmado en el municipio de La Uribe, departamento del Meta, el 28 de marzo de 1984, por integrantes de la Comisión de Paz (John Agudelo Ríos, quien la presidía; Rafael Rivas Posada, Samuel Hoyos Arango, César Gómez Estrada, Alberto Rojas Puyo y Margarita Vida de Puyo) y el Estado Mayor de las Farc-EP (Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Jaime Guaracas, Raúl Reyes y Alfonso Cano).

Luego de ese acuerdo que, como tantos otros, no fructificó, se desató una ofensiva criminal de fuerzas paramilitares, agentes del Estado y sectores políticos de la ultraderecha, que dejó una cifra calculada en más de 3.500 homicidios y desapariciones de miembros de la Unión Patriótica y de su principal componente, el Partido Comunista Colombiano.

Con estos antecedentes, con una Colombia siempre convulsionada, asediada por fuerzas extremas que se atravesaban sistemáticamente a las posibilidades de acuerdos entre la insurgencia armada y sucesivos gobiernos del bipartidismo heredero del cuestionado Frente Nacional, surgió la idea de convocar las cumbres de paz por parte del entonces presidente de la Seccional Cali de la Universidad Libre, Libardo Orejuela Díaz.

Así, tuvo lugar la primera Cumbre en Cali, el 24 y el 25 de noviembre de 1994, en los comienzos del mandato presidencial de Ernesto Samper Pizano, con el objetivo de contribuir desde la reflexión académica a recuperar el terreno perdido y a dinamizar en la sociedad civil nuevas propuestas que empezaran a abrir espacios de diálogo en procura de la paz y la reconciliación nacional.

El médico Alonso Ojeda Awad, actual director del Programa de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional y quien hiciera parte del ELN, recuerda: “Tuve el placer de participar en la Primera Cumbre Nacional por la Paz realizada el 24 de noviembre de 1994. En ese entonces era asesor social del ministro del Interior, Horacio Serpa, quien me delegó la responsabilidad de expresar en estos claustros el compromiso inaplazable de trabajar por la paz y de lograr los acuerdos urgentes que hicieran posible la reconciliación nacional”.[2]

Y agrega Ojeda Awad, quien participó también en la Tercera Cumbre en calidad de expositor: “Hace 20 años ratificábamos ese compromiso que venimos a ratificar hoy en día con más fuerza, porque la nación colombiana no puede, bajo ningún aspecto, seguir enfrascada en una lucha múltiple de intereses y concepciones cuando todavía resuenan en estos claustros emblemáticos las esperanzadoras palabras de quien fue su fundador más eximio, el general Benjamín Herrera Cortés, quien al poner fin a esa dolorosa conflagración que fue la Guerra de los Mil Días a comienzos del Siglo XX exclamó: ‘La patria por encima de los partidos’”.[3]

Ratificando lo planteado por Ojeda Awad, Orejuela Díaz, ya en calidad de rector de la Universidad Libre de Cali, decía en la instalación de la Tercera Cumbre, realizada igualmente un 24 de noviembre, esta vez de 2014: “Hace 20 años, mientras en Cali discurríamos en la Primera Cumbre Nacional por la Paz, con más de 30 testimoniales y disertantes en la misma, en Cartagena de Indias ese día y esa noche se reunía el Consejo Nacional Ganadero y, en su recinto, el ministro de la Defensa Nacional de entonces, Fernando Botero Zea, proponía la legalización de las Convivir. Un eje polarizado recorría entonces el alma dolida de la patria. Veinte años después, exactamente un 24 y 25 de noviembre, resolvimos convocar esta cumbre”.[4]

De acuerdo con Orejuela Díaz, la convocatoria de la Tercera Cumbre como continuidad de las primeras, de 1994 y 1995, obedece a que “un grupo de académicos nos sentimos, para decirlo con lenguaje kantiano, en el imperativo categórico de evitar que sigan cabalgando imperturbables los jinetes apocalípticos de la muerte violenta, hoy atravesados a este proceso con sofismas torticeros y argumentos de baratija, creyendo que este país no va a marchar hacia donde debe marchar: a sentarse con orgullo en el banquete mundial de la civilización”.[5]

¡MARCHA DE ANTORCHAS CON ESCOLTAS!
La Primera Cumbre Nacional por la Paz se inauguró con una nutrida marcha de antorchas, en la noche del 24 de noviembre de 1994, y recorrió toda la Calle Quinta, artería vital de Cali, desde la Carrera 37 hasta la Plaza de San Francisco, en el corazón de la ciudad, donde está ubicado el edificio de la Gobernación del Valle del Cauca.

Óscar Marino Bueno Espinosa, en la época dirigente estudiantil de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre de Cali, recuerda que antes de comenzar la marcha se suscitó un impasse por la presencia de un piquete de la Policía Militar del Batallón Pichincha, que tiene sede en Cali y que alguien, quién sabe con qué fines, envió para evitar el desfile.

Largo tiempo duró la discusión con los militares que dirigían el pelotón uniformado hasta que los estudiantes los persuadieron de que se trataba de una manifestación pacífica para dar a conocer al público caleño la realización de una cumbre por la paz, por primera vez convocada por una universidad regional.

La labor persuasiva de los universitarios fue de tal magnitud, que el piquete de la Policía Militar terminó encabezando el desfile que, según agrega Bueno Espinosa, resultó todo un éxito por la gran participación de estudiantes, su extensión a lo largo de la Calle Quinta y las intervenciones de los líderes estudiantiles y profesorales de la época, entre ellos Libardo Orejuela Díaz y el hoy senador Roosevelt Rodríguez.

El desfile, de aproximadamente tres cuadras llenas de muchachos y muchachas vestidos con camisetas blancas, era cerrado por una muy bien ataviada carroza que los estudiantes habían construido con símbolos alegóricos a la necesidad de retomar los caminos del diálogo.

El diseño y montaje de la carroza estuvo a cargo de Héctor Rafael Almario, a la sazón director de Bienestar Universitario, quien contó con la colaboración de Daniel Roncancio, Henry Hirsh, Álvaro Benítez y Bueno Espinosa, entre otros.

“Había mucho nerviosismo, era una época de confrontación política y de recrudecimiento del conflicto, y esas circunstancias se reflejaban en el momento de realización de la marcha, que finalmente fue exitosa y contó con la participación de muchos estudiantes de medicina y derecho”, rememora Bueno Espinosa.

“¡DEJA TU HUELLA!”
“¡La paz es un gran paso nacional. Deja tu huella!” Esta era la consigna central de la Primera Cumbre Nacional por la Paz, que tuvo connotaciones globales. En ella participaron Álvaro Leyva Durán, exconstituyente; Álvaro Vásquez del Real, dirigente del Partido Comunista Colombiano; Luis Carlos Restrepo, luego comisionado de Paz; Otti Patiño, exdirigente del M-19 y excontituyente; Alonso Ojeda Awad, exembajador de Colombia en Europa; Manuel Francisco Becerra, exgobernador del Valle y quien ejerciera como contralor general de la República; Yolima Espinosa Vera, dirigente política del Nuevo Liberalismo; Rodrigo Salazar, presidente de la Asociación Colombiana de Pequeños Industriales, Acopi, y Rubén Sánchez, catedrático de la Universidad del Rosario, entre otros.

Por la Universidad Libre, además de Orejuela Díaz, estuvieron Óscar Hurtado Gómez, rector de la institución en el momento; Jorge Gaviria Liévano, directivo del alma máter, y Carmenza Echeverry de Restrepo, catedrática.

Las deliberaciones, cumplidas en el tradicional auditorio Gerardo Molina de la Universidad en Cali, tuvieron repercusión nacional y sustrajeron del ámbito centralista las discusiones sobre la necesidad de los diálogos de paz.

De esta forma, la institución iniciaba un largo recorrido en procura de aportar a la resolución de los conflictos desde su campo, el estudio, la investigación, el análisis y la reflexión universitaria, con prospectiva social, comunitaria.

“POR MÁS DIFÍCIL QUE SEA EL CAMINO DE LA PAZ… CRUCÉMOSLO”
La Segunda Cumbre Nacional por la Paz se cumpliría cuatro meses después, entre el jueves 2 y el viernes 3 de marzo de 1995, en la ciudad de Popayán, capital del Cauca, departamento que históricamente ha sido epicentro de grandes jornadas de luchas de las clases subalternas frente a poderes hegemónicos y, en la contemporaneidad, escenario enconado del conflicto armado y social colombiano. Una de sus consignas fue “Por más difícil que sea el camino de la paz… crucémoslo”.

En este certamen, Jorge Gaviria Liévano destacó diversos valores que inspiraron a la Universidad Libre para dar continuidad a esta iniciativa: “… la vigilancia para preservar la vigencia de los derechos humanos, la preocupación fundamental por la observancia de prácticas que contengan los conflictos dentro de marcos humanitarios precisos, la aplicación de principios de solidaridad…” y “la lucha histórica por ensanchar el círculo de la libertad, aún a riesgo de sacrificar la propia vida”.[6]

A la Cumbre, que sesionó en el auditorio del Centro Administrativo Municipal, CAM, de Popayán y fue inaugurada con la presencia de autoridades locales y departamentales, asistieron, entre otros, Iván Marulanda Gómez, exembajador de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO; el excongresista conservador Enrique Gómez Hurtado; el psiquiatra Luis Carlos Restrepo, autor del libro El derecho a la ternura; Carlos Holmes Trujillo, comisionado de Paz en la época, y Álvaro Morales Tombe, gobernador del cabildo de Guambía.

Al rememorar los preparativos y la jornada inaugural de la Cumbre, el docente José Fernando Daza Córdoba, uno de los encargados de la organización del certamen, escribió: “Gustosísimo atendió nuestro llamado el médico y compositor huilense Jorge Villamil Cordovez, de tal forma que en su estudio musical en Bogotá me entregó para la Universidad Libre y nuestro certamen su última creación: Canto a la Paz, poema sonoro que me pidió aprendiera y presentara como himno de nuestro encuentro. Así lo hice. Al inaugurar la Cumbre, luego del Himno Nacional, guitarra en mano y acompañado por Jorge Villamil Cordovez, como segunda voz, al unísono cantamos su canción y el resultado fue apoteósicoTanto, que los enemigos de la paz cortaron el fluido eléctrico de la Plaza de Caldas donde se desarrollaba y aun así, con nuestras voces henchidas de felicidad por nuestra patria, cantamos y repetimos la canción por petición de la inmensa multitud de personas que se agolpaban para hacerse parte del histórico acontecer”.[7]

Tras informar que en la primera jornada del certamen se realizó un oficio religioso frente a la catedral, Silvio Sierra Sierra, corresponsal del periódico El País en Popayán, destacaba lo expresado por el arzobispo Alberto Giraldo Jaramillo acerca de que “el compromiso por la paz incluye a todo el pueblo colombiano como una tarea participativa”[8]

Más adelante, el corresponsal reseñaba lo planteado por el alcalde de Popayán, José Gabriel Silva Riviere, “quien llamó a la integración de las fuerzas comunitarias y las instituciones nacionales, a objeto de encontrar en esta segunda jornada, un instrumento central que determine las verdaderas causas del desasosiego social, pero que al mismo tiempo defina las políticas para un encuentro nacional”.[9]  

Registraba, igualmente, la intervención del gobernador del Cauca, Rodrigo Cerón Valencia. “Los caucanos hemos venido recibiendo en alto grado el impacto de esta guerra sin sentido”, dijo el mandatario, y añadió, según el corresponsal: “Llegamos con fe y entusiasmo a este encuentro, confiados en que los temas a tratar no quedarán en el olvido, y que, por el contrario, servirán de ingredientes para ser analizados en la gran búsqueda nacional de la paz”.[10]

De acuerdo con otra reseña, hecha en la sección Política al Día del diario El País el sábado 4 de marzo de 1995, “en desarrollo del certamen expusieron sus tesis sobre la problemática de la violencia y la paz destacadas personalidades”, y agregaba que “al certamen, coordinado por el presidente de la institución, Libardo Orejuela, fueron invitados los parlamentarios Parmenio Cuéllar, Hernán Motta y Aurelio Iragorri, lo mismo que Alonso Ojeda, asesor del Ministro de Gobierno, y José Noé Ríos, exviceministro de Gobierno”. De igual forma, se mencionaba al comisionado para la Paz en Cali en ese momento, Francisco Murgueitio Restrepo.[11]

En la misma columna se consignaba que, de acuerdo con los organizadores del certamen, “‘el Gobierno Nacional recopilará las propuestas de personas que de una u otra forma pueden contribuir a restablecer la paz que necesitan los colombianos’, pues el objetivo es lograr la participación de todos los representantes de la sociedad civil”.[12]

Andrés Hurtado García, columnista del periódico El Tiempo de Bogotá, reseñaba también la Cumbre: “La Universidad Libre, Seccional de Cali, celebró en días pasados en Popayán la II Cumbre Nacional por la Paz. El lema, sugestivo, fue el siguiente: Por más difícil que sea el camino de la paz... crucémoslo”, y agregaba: “Los ponentes, de las más variadas tendencias y profesiones, trataron todos los asuntos referentes al espinoso tema. Se habló de un aspecto clave: el imperio de la ley; si no hay ley, es inútil, no se intente siquiera la paz. Se habló de justicia social, de la educación, del empleo, de la salud, de la Constitución, de los jueces, de los entes del Estado, del Ejército, de la Policía, de la paz en las familias, de la paz consigo mismo, de los alzados en armas”.[13]

Hurtado García dio detalles interesantes del certamen desde sus propias propuestas, que hoy, 21 años después, siguen vigentes: “Yo me encargué de recordar a los asistentes que es necesario intentar muchas paces para lograr la paz. Hablé de las tres paces: paz con el hermano, paz con la raza y el pasado y paz con la Tierra… Pero no hablé de la cuarta paz: la paz que debe firmar el Estado con sus individuos. Una de las mayores fuentes de violencia en Colombia es el Estado, que irrita a los ciudadanos y los indispone. La relación de millones de colombianos con los entes del Estado es traumática y obliga a muchos a tomar caminos violentos… Hagamos las cuatro paces y habrá paz”.[14]

Por su parte, Alba del Pilar Uribe, corresponsal de El País en Popayán, escribía, al efectuar su balance de la reunión: “Posiciones encontradas, fuertes cuestionamientos al Gobierno Nacional y a la insurgencia, escepticismo frente al proceso de paz y propuestas específicas de grupos rebeldes para iniciar los diálogos fueron los factores que caracterizaron la II Cumbre Nacional por la Paz que concluyó en esta ciudad”.[15]

Fue precisamente en la Segunda Cumbre cuando se materializaron los primeros pasos en los acercamiento del Movimiento Jaime Bateman Cayón --que reivindicaba el nombre del principal líder y fundador del M-19--, con sectores de la sociedad civil, y era a ello a lo que se refería la corresponsal del matutino El País en su despacho desde Popayán del domingo 5 de marzo de 1995: “A través de un video, el grupo Jaime Bateman Cayón manifestó su deseo irrestricto de renunciar a cualquier forma de reinserción para sus hombres, al considerar que ésta debe estar dirigida hacia las comunidades abandonadas por el Estado”, y añadía que el novel movimiento “propuso los diálogos regionales como una solución y un camino para llegar a la paz y la firma de un código de ética, bajo la figura del Protocolo II de Ginebra”.[16]

De acuerdo con el investigador de la Universidad del Valle Álvaro Guzmán Barney, los acercamientos venían de más atrás y así lo plantea en un documento de reflexión teórica sobre “la acción colectiva conflictiva”, en el que afirma que el proceso de paz con el Movimiento Jaime Bateman Cayón, JBC, “se inicia con una carta dirigida por el grupo guerrillero al coordinador de la Comisión de Paz de la Universidad Libre, profesor Libardo Orejuela, en la que se le pide que interceda para que el Gobernador del Valle sea un interlocutor para la Paz. La Universidad organiza entonces una Cumbre Nacional por la Paz en Popayán en la que el grupo guerrillero hace presencia a través de un video. Plantean que más que la reinserción de sus hombres, la paz debe estar orientada a las comunidades abandonadas por el Estado. El Gobierno de Samper confía en el inicio de las conversaciones con el JBC, siempre que se suscriban acuerdos de respeto al DIH”.[17]

El profesor Orejuela Díaz se refiere a lo ocurrido con el Movimiento JBC en su libro Diccionario de la paz y del conflicto, y afirma: “Todo lo positivo pareció visualizarse en los acercamientos con el Movimiento Jaime Bateman Cayón, con el cual se formalizaron conversaciones en octubre de 1995, se fijó una zona inicial de distensión el 27 de diciembre del mismo año, se protocolizó el inicio de las negociaciones el 2 de marzo de 1996, pero se produjo una ruptura que la agrupación guerrillera declaró el 19 de abril de 1996, y el Gobierno replicó con idéntica resolución dos días después”.[18]

En el balance que la corresponsal de El País hacía de la Cumbre de Popayán, también se aludía al ELN, y se informaba que en comunicado dirigido al certamen la agrupación insurgente advertía que “en este proceso de paz que adelanta el Gobierno Nacional, se deben sentar a dialogar todos los grupos en contienda”.[19]

Según el diario El País, en la Segunda Cumbre el siquiatra Luis Carlos Restrepo cuestionó duramente la política de paz del presidente Samper; Iván Marulanda señaló que “mientras la guerra siga siendo mirada como un negocio rentable, en el país no habrá paz”; el senador Enrique Gómez  Hurtado cuestionó al comisionado de Paz de la época, Carlos Holmes Trujillo, “por denominar políticos a los guerrilleros”, y el líder guambiano Álvaro Morales Tombe concluyó que “no puede haber paz mientras no se respeten los derechos económicos, políticos, culturales y ecológicos” de las comunidades ancestrales”.[20]   

Así, pues, durante el Gobierno de Samper Pizano no se logró avanzar en los acercamientos con la insurgencia, más allá de los pasos dados con el ELN en Maguncia, Alemania, y con el denominado Acuerdo de Puerta del Cielo, en 1997, que finalmente no fructificaron. Las propuestas de la Segunda Cumbre siguieron latentes y los problemas del conflicto, sin resolución. La base objetiva para un nuevo encuentro quedaba a la orden del día.

“JAMÁS REGRESAR A LA GUERRA”
Los diálogos llevados a cabo en la Zona de Distensión del Caguán entre el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y las Farc, luego del mandato de Ernesto Samper, también fracasarían y, como consecuencia de ello, se recrudeció la confrontación durante los ocho años de los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), período en el cual se registró una cifra inusitada de víctimas en la población colombiana.

El contexto expuesto y el inicio de nuevos acercamientos entre la insurgencia y el Estado durante la Administración de Juan Manuel Santos (2012) representaron también nuevos argumentos y retos para la Universidad Libre de Cali, que en 2014 convocó, en los mismos días de la Primera, el 24 y 25 de noviembre, la Tercera Cumbre Nacional por la Paz.

Ella contó con la intervención de 31 panelistas nacionales e internacionales y una videoconferencia con voceros de la Delegación de Paz de las Farc en La Habana, lo mismo que con un desfile inaugural en el que participaron estudiantes del Colegio Santa Isabel de Hungría y universitarios, activistas sociales y comunitarios de Cali, al lado de docentes y directivos.

El desfile se cumplió a lo largo de la Carrera 37, desde la Calle Quinta hasta la sede de la Universidad, como rememorando la marcha de antorchas del 24 de noviembre de 1994, con la diferencia de que en esta oportunidad el desfile era mañanero y trepando la loma camino al alma máter, situada en la cima del barrio Santa Isabel.

Los conferencistas de la Tercera Cumbre fueron, en su orden: Libardo Orejuela Díaz, quien instaló el certamen, el senador liberal Horacio Serpa Díaz, la senadora de la Alianza Verde Claudia López, el jurista Iván González Amado, la excandidata presidencial del Polo Democrático Clara López Obregón, el catedrático español Fernando Harto D’Vera y el constitucionalista español Roberto Viciano Pastor.

De igual manera, intervinieron el magistrado del Consejo Superior de la Judicatura Wilson Ruiz Orejuela, el sociólogo Jorge Enrique Carvajal, el médico Alonso Ojeda Awad, el exdirigente del ELN Carlos Arturo Velandia Jagua, el politólogo Rubén Ignacio Sánchez, el también politólogo Héctor Alonso Moreno, el presidente del Consejo Directivo de la Universidad Libre Internacional de Bruselas, Bélgica, Jean Marc D´Greiff, y el expresidente de la Corte Constitucional Alfredo Beltrán Sierra.

También, el dirigente del movimiento Marcha Patriótica Andrés Gil, el sacerdote jesuita Francisco De Roux, el exrector de la Universidad del Valle Jaime Galarza, la jurista brasileña Thaisa De Souza, el exasesor de la Delegación de Paz del Gobierno en La Habana Antonio José Lizarazo, la catedrática María José Fariñas, la filósofa Victoria Fontán y la jurista Liliana Estupiñán Achury.

Asimismo, el coordinador editorial de la revista Cepa Germán Roncancio, el constitucionalista Kenneth Burbano, la arquitecta argentina Liliana Carbajal, el coordinador de Justicia Transicional en Cali Carlos Alberto Aponte, el presidente del Instituto Catalán Internacional para la Paz Rafael Grassa, el dirigente indígena del Cauca Feliciano Valencia, el constitucionalista Alberto Ramos Garbiras y el catedrático de la Universidad Nacional  Daniel Libreros.

En su disertación, Alfredo Beltrán Sierra hizo un recorrido pedagógico por la historia del conflicto colombiano, y expresó: “Si buscamos la paz, tenemos que comprometernos muy seriamente con la justicia social”, y concluyó: “Saludamos con alborozo la posibilidad de que se llegue a la paz dentro de la Constitución”.[21]

En una de las intervenciones que mayor impactó en el encuentro, el sacerdote jesuita Francisco de Roux planteó: “Las víctimas nos están diciendo a nosotros que nos sacudamos, es la invitación a construir una realidad distinta”.[22]

Al final de esta Cumbre se expidió una declaración política, en uno de cuyos apartes se señalaba: “No es suficiente el esperado y final acuerdo de la Mesa de La Habana para acabar con la guerra. Se requiere la instauración de la mesa con el ELN, para lo cual solicitamos al Estado colombiano y a esta agrupación insurgente propiciar de manera urgente el inicio de las reclamadas conversaciones antes de terminar el año 2014”. La solicitud continúa vigente.
La Declaración Política de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz, que contó con nutrida asistencia en las seis jornadas cumplidas entre el 24 y el 25 de noviembre, concluía con una consigna clave: “Edificar la paz para jamás regresar a la guerra”.[23]

“CON ODIOS NO HABRÁ PAZ”
Concluido este certamen, las iniciativas relacionadas con la búsqueda de la paz continuaron con el foro denominado Desayuno Urgente por la Paz, cumplido el 15 de julio de 2015, con la participación de representantes de las universidades Libre, del Valle, San Buenaventura, Santiago de Cali, Bautista y Misak (de la comunidad guambiana).

Concurrieron, igualmente, voceros de la Central Unitaria de Trabajadores, la Confederación General del Trabajo, la Gobernación del Valle del Cauca, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Cali, activistas de la comunidad de Llano Verde de Cali y de otros sectores, investigadores sociales y periodistas.

Al intervenir en el certamen, el rector de la Universidad Libre de Cali sostuvo: “Si la Mesa de La Habana fracasa, lo que se viene es el desplazamiento de la guerra a las ciudades”.[24]

El foro fue clausurado por Rodrigo Tombé, de la Misak Universidad, quien aseveró: “Mientras sigamos con odios será muy difícil encontrar la paz”, y puntualizó: “En Guambía hay 3.130 fogones donde se hace pedagogía por la paz”.[25]

Previamente, entre el 7 y el 8 de mayo de 2015, se realizó la Cumbre Nacional e Internacional de Derechos Humanos “Garantía para la Vida”, con la participación de 14 expositores y como un nuevo aporte a la reflexión académica sobre los problemas palpitantes del conflicto y los caminos de la paz.[26]

“JUGADOS POR LA PAZ”
Con una Precumbre realizada el 11 de noviembre de 2015, y con el eslogan “Jugados por la Paz”, se dio inicio a la programación de la Cuarta Cumbre Nacional por la Paz, que se desarrolló con la participación de 17 conferencistas colombianos y extranjeros en el Auditorio Gerardo Molina de la Universidad en Cali, entre el jueves 12  y el viernes 13 de noviembre de 2015.

La conferencia de la Precumbre estuvo a cargo del filósofo cubano Pablo Manuel Guadarrama González, quien sostuvo: “La paz es un derecho elemental de los pueblos y todo lo que hagamos debe estar en función de ella”, y añadió: “Estamos obligados a entender que la condición humana siempre será conflictiva, pero ello no significa la aniquilación del otro”.[27]

También participaron en esta jornada Frisco González Reyes, director del periódico de humor político El Gato, y Jaime Galarza Sanclemente, quienes hicieron la presentación del libro Rafael Uribe Uribe, del que el primero fue compilador.

Durante la jornada inicial de la Cuarta Cumbre reflexionaron sobre el conflicto, los posacuerdos y la lucha por la paz, en su orden: Alberto Ramos Garbiras, Alfredo Beltrán Sierra, Carlos Medina Gallego (investigador de la historia de las organizaciones alzadas en armas vinculado a la Universidad Nacional) y Jaime Gilberto Mejía (docente de la Universidad de Nariño).

En su vehemente intervención, el profesor Medina Gallego manifestó: “Las generaciones de la paz no han nacido, están por engendrarse en las siguientes tres décadas”, y luego vaticinó: “Acabaremos la guerra, pero la democracia se irá a las calles y no aguantará que sus líderes estén en las cárceles, como ocurre actualmente con Feliciano Valencia y muchos más”.[28]

El deportista Washington Alexis Viera Barreto envió un mensaje grabado en video en el que hizo un emotivo llamado al perdón y la reconciliación, a partir de su experiencia personal, luego de haber sido gravemente herido y quedar parapléjico como consecuencia de un ataque de delincuentes comunes del que fue víctima el 25 de agosto de 2015 en Cali.

Durante la segunda jornada, llevada a cabo el viernes 13 de noviembre, disertaron Cecilia Matilde López Montaño, exministra de Agricultura; Iván Cepeda Castro, senador del Polo Democrático; Jorge Iván González, exdecano de Economía de la Universidad Nacional; Fernando Duque Nivia, docente universitario; Libardo Orejuela Díaz y Daniel Libreros.

También fueron conferencistas, Luis Arnul Carvajal, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, España; Fabio Ariel Cardozo Montealegre, consejero de Paz de la Gobernación del Valle del Cauca, y William Ospina, escritor y ensayista.

En su disertación, el senador Cepeda Castro manifestó: “Las élites colombianas le tienen miedo a la paz, tienen temor de que se acabe la guerra, pues por primera vez existe la posibilidad de que surja algo inédito en el país: la democracia”.[29]

La comunidad académica había cumplido con esta Cumbre una nueva jornada de reflexión y estudio, que no se quedaría allí, pues la brega por la paz no tiene fin.

“LA PAZ, SÍ”, DICEN 50 ENTIDADES
Como ocurrió luego de la Primera Cumbe (noviembre de 1994), cuando la Segunda se convocó solo cuatro meses después (marzo de 1995), la Quinta ha sido citada para los días 17 y 18  de marzo de 2016, a cuatro meses de realizada la Cuarta (noviembre de 2015).

Con la Agenda de Conversaciones en materia de agricultura, cultivos de uso ilícito, participación política, víctimas y justicia avanzada, pero con puntos clave aún por definir, como el del mecanismo de refrendación de lo acordado, la coyuntura reviste una enorme importancia para la Quinta Cumbre Nacional por la Paz, que será escenario propicio para debatir, entre otros tópicos, sobre el plebiscito, defendido por el Gobierno, y la asamblea nacional constituyente, propuesta por las Farc.[30]

Una de las grandes diferencias de la Quinta Cumbre Nacional por la Paz con las anteriores es que a la convocatoria se han unido más de 50 entidades de diferente índole, entre las cuales se cuentan, además de la Libre, once universidades: la Nacional Abierta y a Distancia (Unad), la del Valle, la Nacional de Colombia, la Autónoma de Occidente, la de San Buenaventura, la Cooperativa de Colombia, la Misak, la Antonio Nariño, la Tecnológica de Pereira, la Santiago de Cali y la del Pacífico.

De la convocatoria hacen parte, igualmente, los semilleros de investigación de la Universidad Libre de Cali Juan Friede, Ignacio Torres Giraldo y Jorge Eliécer Gaitán, Jega.

También, colectivos sociales y comunitarios como la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, el Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc) y la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).

De igual manera, organizaciones ciudadanas y gremiales como la Fundación Ciudad de Cali para la Educación y el Emprendimiento, la Colegiatura de Abogados Litigantes de Santiago de Cali, la Asociación de Profesores de la Universidad Libre (Asproul), el Movimiento Ciudadano Plaza Libre, la Fundación Ciudad Visible, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali, la asociación Mantenerse Juntos es el Progreso y la Fundación Con Todas las Manos.

Participan de la convocatoria, también, la Arquidiócesis de Cali, la Iglesia de la Santa Fe del Oriente Cristiano, la Embajada de España en Colombia y la entidad Cooperación Colombia.

Asimismo, instituciones públicas como la Gobernación del Valle y diez alcaldías de municipios del departamento del Cauca: Santander de Quilichao, Corinto, Caldono, Miranda, Toribío, Puerto Tejada, Buenos Aires, Guachené, Caloto y Suárez, al lado de la Asociación de Municipios del Norte del Cauca.

Además, medios de comunicación alternativos y gremios como el Círculo de Periodistas de Cali, el periódico Desde Abajo y el periódico Paréntesis.

LA PROGRAMACIÓN EN CALI
Otra de las grandes diferencias con los anteriores certámenes es que los actos y conferencias no se concentrarán en Cali, sino que abarcarán por lo menos trece ciudades, al tiempo que habrá cubrimiento virtual para más de cien municipios de todo el país.

Hasta el viernes 11 de marzo estaban confirmados actos académicos de la Cumbre en universidades y diferentes escenarios de las siguientes ciudades: Cali, Barranquilla, Buenaventura, Cartagena, Cúcuta, Palmira, Pereira, Tuluá, Corinto, Silvia, Florida, Pitalito y Yumbo.

La instalación de la Quinta Cumbre Nacional por la Paz tendrá lugar el jueves 17 de marzo en el Auditorio Gerardo Molina de la Universidad Libre de Cali, a las 8:30 a.m. Posteriormente, a las 9:45 a.m., se dará inicio a las intervenciones de los conferencistas confirmados para la jornada matutina de ese día, que irá hasta la 1:30 p.m.

En su orden, disertarán en esta primera jornada Víctor Correa, representante a la Cámara antioqueño;Luis Fernando Velasco, presidente del Congreso de la República; Alfredo Beltrán Sierra, expresidente de la Corte Constitucional; Clara López Obregón, excandidata presidencial; Alfonso Gómez Méndez, exfiscal general de la Nación; Roy Barraras, senador vallecaucano, y Carolina Corcho, representante de la Mesa Nacional por el Derecho a la Salud.

En la sesión nocturna del jueves, entre las 6:30 p.m. y las 9:30 p.m., estarán Jaime Alberto Leal Afanador, rector de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Unad; Héctor Alonso Moreno, catedrático de la Universidad del Valle; el sacerdote franciscano Héctor Eduardo Lugo, director del Departamento de Educación, Cultura y Universidades de la Conferencia Episcopal de Colombia; José Antonio Gutiérrez, investigador chileno, catedrático de la Universidad de Dublín, República de Irlanda, estudioso del conflicto social y armado en Colombia; Jefferson Jaramillo, director del Programa de Sociología de la Universidad Javeriana, investigador del conflicto, y José Antequera Guzmán, abogado, hijo de José Antequera, líder de la Unión Patriótica asesinado el 3 de marzo de 1989.

Para el segundo día de la Cumbre, el viernes 18 de febrero, entre las 8:30 a.m. y la 1:00 p.m., están previstas las conferencias de Antonio José Lizarazo, censor nacional de la Universidad Libres; María Teresa Pagazaurtundua, vicepresidenta de Derechos Humanos del Parlamento Europeo; Rodolfo Arango, constitucionalista; Jorge Gaviria Liévano, directivo de la Universidad Libre; Carlos Holmes Trujillo, exconstituyente; Ángel Martín Peecis, director regional de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, OEI; Vera Grave, exdirigente del Movimiento 19 de Abril, M-19; Horacio Serpa Uribe, senador santandereano, y Pedro Santana Rodríguez, presidente de la Corporación Viva la Ciudadanía.

En la última sesión de la Cumbre, el viernes en la noche, entre las 6:00 p.m. y las 9:00 p.m., estaránVíctor de Currea-Lugo, catedrático de la Universidad Javeriana; Jairo Estrada, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia; Horacio Duque, investigador social y periodista alternativo; Daniel Libreros, abogado y catedrático de la Universidad Libre de Bogotá, y Wilson Ruiz, magistrado del Consejo Superior de la Judicatura.

Una tercera diferencia de esta Cumbre con las anteriores es que en Cali, el sábado 12 de marzo, se desarrollará una precumbre popular, en la Comuna 14 del Distrito de Aguablanca. La sede de ésta es el auditorio de la Institución Educativa Monseñor Rubén Ramón Arcila, situado en la Diagonal 26 K con Transversal 83 del barrio Marroquín II.

La coordinación de la misma se encuentra a cargo de Rocío Vargas, líder comunitaria, quien destacó la importancia de que los barrios del oriente de Cali conozcan los avances de las conversaciones de paz entre las Farc-EP y el Gobierno Nacional en La Habana y sus posibles acuerdos.

De esta forma, de 1994 a 2016, más de 21 años después, la búsqueda de la paz y del fin de la confrontación fratricida entre colombianos sigue vigente. Y la Universidad Libre de Cali continúa intentando contribuir con la reflexión y el análisis en la búsqueda de que la paz se abra paso, a pesar de las ansías de los guerreristas, que no están satisfechos con 60 años de dolor. Por eso, la Libre y las 50 entidades que la acompañan en esta Quinta Cumbre dicen: “La paz, SÍ”.

(*) Periodista, abogado, magister en historia. Editor de la Revista Cuadernos de Paz de la Universidad Libre de Cali y de los periódicos virtuales Paréntesis y ¡Periodismo Libre! Docente.

NOTA: Este texto fue escrito el miércoles 24 de febrero de 2016 y ampliado y actualizado el jueves 10 de marzo de 2016. El primer texto fue publicado en la edición No. 92 de PARÉNTESIS, el jueves 25 de febrero.




[1] Díaz, Amparo y Villamizar, Darío, editores. Acuerdos de paz, Colección Tiempos de Paz, Bogotá, Red de Solidaridad Social, 1999.
[2] Semanario Virtual Caja de Herramientas, edición 427,  semana del 28 de noviembre al 14 de diciembre de 2014. http://viva.org.co/cajavirtual/svc0427/articulo02.html Consulta: martes 23 de febrero de 2016.
[3] Ibídem.
[4] Orejuela Díaz, Libardo. “El país que sufre está fuera de las aulas”, en: Revista Cuadernos de Paz No. 3, Cali, Universidad Libre, 2014, p. 36.
[5] Ibídem, p. 36-37.
[6] Ver: González Pérez, Marcos, autor-compilador. Fiesta y Nación en Colombia, Colección Aula Abierta, Bogotá, Coop. Editorial Magisterio, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2007, p. 137. 
[7] Carta al director del periódico Paréntesis, el viernes 26 de febrero de 2016, vía correo electrónico.
[8] Sierra Sierra, Silvio, “Arzobispo de Popayán invita a la reflexión en Cumbre Nacional. ‘La paz necesita dosis de voluntad’”, en: diario El País, Cali, viernes 3 de marzo de 1995, p. E-4.
[9] Ibídem.
[10] Ibídem.
[11] Política al Día, diario El País, Cali, sábado 4 de marzo de 1995, p. C10.
[12] Ibídem.
[13] Hurtado García, Andrés, “Cuatro paces para la paz”, en: diario El Tiempo, Bogotá, lunes 13 de marzo de 1995. Disponible en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-273792
[14] Ibídem.
[15] Uribe, Alba del Pilar, “Pronunciamientos del ‘Jaime Bateman Cayón’ y del ELN en Cumbre de Popayán. Se deben ampliar escenarios de paz”, en: diario El País, Cali, domingo 5 de marzo de 1995, Sección La Región, p. C5.
[16] Ibídem.
[17] Guzmán Barney, Álvaro, “Reflexiones teóricas y metodológicas sobre acción colectiva conflictiva”, Documento de Trabajo 125, Cidse, Cali, Universidad del Valle, 2010. Disponible en:
[18] Orejuela Díaz, Libardo. Diccionario de la paz y del conflicto. Teorías, guerras civiles, biografías, propósitos de paz y acuerdos, Cali, Editorial Faid, 1999, p. 310.
[19] Uribe, Alba del Pilar, “Pronunciamientos del ‘Jaime Bateman Cayón’ y del ELN en Cumbre de Popayán. Se deben ampliar escenarios de paz”, en: diario El País, Cali, domingo 5 de marzo de 1995, Sección La Región, p. C. 5.
[20] Ibídem.
[21] Ver: “Con pleno éxito se cumple la Tercera Cumbre Nacional por la Paz. ‘Si buscamos la paz, debemos comprometernos con la justicia social’”: Alfredo Beltrán Sierra, en: periódico virtual Paréntesis, martes 25 de noviembre de 2014. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2014/11/noticia-con-pleno-exito-se-cumple.html
[22] Ver: Mena S., Luis Alfonso. “Ecos de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz, cumplida en Cali. ‘El mensaje de las víctimas es parar la guerra’”: Francisco de Roux, en: periódico virtual Paréntesis No. 57, lunes 8 de diciembre de 2014. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2014/12/edicion-no-57-informe-ecos-de-la.htmlinforme-ecos-de-la.html
[23] Declaración Política de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz “Una mirada a la posguerra”, en: Revista Cuadernos de Paz No. 4, Cali, Universidad Libre, 2015, p. 348.
[24] Ver: Mena S., Luis Alfonso. “Foro en la U. Libre de Cali propone Comisión Regional de la Verdad. Se abre paso Coordinadora Académica por el fin de la Guerra”, en: periódico virtual Paréntesis No. 76, miércoles 15 de julio de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/07/edicion-no-76-informe-foro-en-la-u.html
[25] Ibídem.
[26] Ver: “Cumbre Nacional e Internacional de Derechos Humanos”, en periódico virtual Paréntesis No. 64, lunes 4 de mayo de 2015. Disponible en:http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/05/edicion-no-64-noticia-entre-el-7-y-el-8.html
[27] Ver: Mena S., Luis Alfonso. “’La paz es un derecho elemental de los pueblos’, dice Pablo Guadarrama”, en periódico virtual Paréntesis No. 83, miércoles 11 de noviembre de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/11/edicion-83-este-jueves-12-de-noviembre.html
[28] Ver: Mena S., Luis Alfonso. “’Dentro de tres semanas anunciarán la mesa de diálogo con el ELN’”, revela  Carlos Medina”, en periódico virtual Paréntesis No. 84, jueves 12 de noviembre de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/11/edicion-84-en-primer-dia-de-la-4-cumbre.html
[29] Ver: Mena S., Luis Alfonso. “Completo balance de la Cuarta Cumbre Nacional por la Paz. ‘Las élites le tienen miedo a la paz’”, en: periódico virtual Paréntesis No. 85, lunes 16 de noviembre de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/11/edicion-no-85-completo-balance-del.html
[30] Ver: “Debate sobre plebiscito y constituyente, entre los puntos del certamen de marzo. En Aguablanca y Siloé, preámbulos de la Quinta Cumbre por la Paz, en Cali”, en: periódico virtual Paréntesis No. 91, martes 9 de febrero de 2016. Disponible en:http://parentesiscali.blogspot.com.co/2016/02/debate-sobre-plebiscito-y-constituyente.html









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