HISTORIA DE LAS CUMBRES
NACIONALES POR LA PAZ CONVOCADAS POR LA UNIVERSIDAD LIBRE DE CALI
Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Las cumbres nacionales por la Paz
lideradas por la Universidad Libre de Cali, cuya quinta versión se realizará en
13 ciudades de Colombia entre el 17 y el 18 de marzo de 2016, tienen una
historia prolongada en el tiempo, pues nacieron en la década de los años 90 del
Siglo XX, cuando el país insistía, luego de no pocos fracasos, en esfuerzos por
retomar conversaciones entre la insurgencia armada y el Gobierno de las élites
tradicionales.
Algunas de esas negociaciones redundaron
en acuerdos, como ocurrió con el movimiento 19 de Abril, M-19, y con otros
siete grupos o fracciones de organizaciones urbanas y campesinas en armas que
firmaron pactos, el primero con el Gobierno de Virgilio Barco Vargas, y los
demás durante el mandato de César Gaviria Trujillo.
Aparte del acuerdo con el M-19, que tuvo
lugar en Bogotá el 9 de marzo de 1990, se rubricaron pactos con el Partido
Revolucionario de los Trabajadores, PRT, en Don Gabriel, municipio de Ovejas,
departamento de Sucre, el 25 de enero de 1991; el Ejército Popular de
Liberación, EPL, en Bogotá, el 15 de febrero de 1991, y el Movimiento Armado
Quintín Lame, en Caldono, Cauca, el 27 de mayo de 1991.
Asimismo, con los Comandos Ernesto Rojas,
en Bogotá, el 20 de marzo de 1992; la Corriente de Renovación Socialista
(escisión del ELN), en Flor del Monte, Sucre, el 9 de abril de 1994; las
Milicias de Medellín, en la capital antioqueña, el 26 de mayo de 1994, y el
Frente Francisco Garnica, en Cañaveral, Bolívar, el 30 de junio de 1994.[1]
Sin embargo, fracasaron conversaciones
posteriores, las abiertas en 1991 en Caracas, Venezuela, que continuaron en
1992 en Tlaxcala, México, entre el Gobierno de Gaviria Trujillo y la
Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, de la que hacían parte las Farc, la
mayor de las organizaciones insurgentes del país, un sector del EPL y otro del
ELN.
Además, Colombia continuaba siendo testigo
del genocidio cometido en contra de la militancia y de los dirigentes de la
Unión Patriótica, el movimiento político surgido del primer Acuerdo de Paz
entre las Farc y el Establecimiento, representado por el presidente Belisario
Betancur, y firmado en el municipio de La Uribe, departamento del Meta, el 28
de marzo de 1984, por integrantes de la Comisión de Paz (John Agudelo Ríos,
quien la presidía; Rafael Rivas Posada, Samuel Hoyos Arango, César Gómez
Estrada, Alberto Rojas Puyo y Margarita Vida de Puyo) y el Estado Mayor de las
Farc-EP (Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Jaime Guaracas, Raúl Reyes y
Alfonso Cano).
Luego de ese acuerdo que, como tantos
otros, no fructificó, se desató una ofensiva criminal de fuerzas paramilitares,
agentes del Estado y sectores políticos de la ultraderecha, que dejó una cifra
calculada en más de 3.500 homicidios y desapariciones de miembros de la Unión
Patriótica y de su principal componente, el Partido Comunista Colombiano.
Con estos antecedentes, con una Colombia
siempre convulsionada, asediada por fuerzas extremas que se atravesaban
sistemáticamente a las posibilidades de acuerdos entre la insurgencia armada y
sucesivos gobiernos del bipartidismo heredero del cuestionado Frente Nacional,
surgió la idea de convocar las cumbres de paz por parte del entonces presidente
de la Seccional Cali de la Universidad Libre, Libardo Orejuela Díaz.
Así, tuvo lugar la primera Cumbre en Cali,
el 24 y el 25 de noviembre de 1994, en los comienzos del mandato presidencial
de Ernesto Samper Pizano, con el objetivo de contribuir desde la reflexión
académica a recuperar el terreno perdido y a dinamizar en la sociedad civil
nuevas propuestas que empezaran a abrir espacios de diálogo en procura de la
paz y la reconciliación nacional.
El médico Alonso Ojeda Awad,
actual director del Programa de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional y
quien hiciera parte del ELN, recuerda: “Tuve el placer de participar en la
Primera Cumbre Nacional por la Paz realizada el 24 de noviembre de 1994. En ese
entonces era asesor social del ministro del Interior, Horacio Serpa, quien me
delegó la responsabilidad de expresar en estos claustros el compromiso
inaplazable de trabajar por la paz y de lograr los acuerdos urgentes que hicieran
posible la reconciliación nacional”.[2]
Y agrega Ojeda Awad, quien participó
también en la Tercera Cumbre en calidad de expositor: “Hace 20 años
ratificábamos ese compromiso que venimos a ratificar hoy en día con más fuerza,
porque la nación colombiana no puede, bajo ningún aspecto, seguir enfrascada en
una lucha múltiple de intereses y concepciones cuando todavía resuenan en estos
claustros emblemáticos las esperanzadoras palabras de quien fue su fundador más
eximio, el general Benjamín Herrera Cortés, quien al poner fin a esa dolorosa
conflagración que fue la Guerra de los Mil Días a comienzos del Siglo XX
exclamó: ‘La patria por encima de los partidos’”.[3]
Ratificando lo planteado por Ojeda Awad,
Orejuela Díaz, ya en calidad de rector de la Universidad Libre de Cali, decía
en la instalación de la Tercera Cumbre, realizada igualmente un 24 de
noviembre, esta vez de 2014: “Hace 20 años, mientras en Cali discurríamos en la
Primera Cumbre Nacional por la Paz, con más de 30 testimoniales y disertantes
en la misma, en Cartagena de Indias ese día y esa noche se reunía el Consejo
Nacional Ganadero y, en su recinto, el ministro de la Defensa Nacional de
entonces, Fernando Botero Zea, proponía la legalización de las Convivir. Un eje
polarizado recorría entonces el alma dolida de la patria. Veinte años después,
exactamente un 24 y 25 de noviembre, resolvimos convocar esta cumbre”.[4]
De acuerdo con Orejuela Díaz, la
convocatoria de la Tercera Cumbre como continuidad de las primeras, de 1994 y
1995, obedece a que “un grupo de académicos nos sentimos, para decirlo con
lenguaje kantiano, en el imperativo categórico de evitar que sigan cabalgando
imperturbables los jinetes apocalípticos de la muerte violenta, hoy atravesados
a este proceso con sofismas torticeros y argumentos de baratija, creyendo que
este país no va a marchar hacia donde debe marchar: a sentarse con orgullo en
el banquete mundial de la civilización”.[5]
¡MARCHA DE ANTORCHAS CON ESCOLTAS!
La Primera Cumbre Nacional por la Paz se inauguró con
una nutrida marcha de antorchas, en la noche del 24 de noviembre de 1994, y
recorrió toda la Calle Quinta, artería vital de Cali, desde la Carrera 37 hasta
la Plaza de San Francisco, en el corazón de la ciudad, donde está ubicado el
edificio de la Gobernación del Valle del Cauca.
Óscar Marino Bueno Espinosa, en la época dirigente
estudiantil de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre de Cali, recuerda
que antes de comenzar la marcha se suscitó un impasse por la presencia de un
piquete de la Policía Militar del Batallón Pichincha, que tiene sede en Cali y
que alguien, quién sabe con qué fines, envió para evitar el desfile.
Largo tiempo duró la discusión con los
militares que dirigían el pelotón uniformado hasta que los estudiantes los
persuadieron de que se trataba de una manifestación pacífica para dar a conocer
al público caleño la realización de una cumbre por la paz, por primera vez
convocada por una universidad regional.
La labor persuasiva de los universitarios
fue de tal magnitud, que el piquete de la Policía Militar terminó encabezando
el desfile que, según agrega Bueno Espinosa, resultó todo un éxito por la gran
participación de estudiantes, su extensión a lo largo de la Calle Quinta y las
intervenciones de los líderes estudiantiles y profesorales de la época, entre
ellos Libardo Orejuela Díaz y el hoy senador Roosevelt Rodríguez.
El desfile, de aproximadamente tres
cuadras llenas de muchachos y muchachas vestidos con camisetas blancas, era
cerrado por una muy bien ataviada carroza que los estudiantes habían construido
con símbolos alegóricos a la necesidad de retomar los caminos del diálogo.
El diseño y montaje de la carroza estuvo a
cargo de Héctor Rafael Almario, a la sazón director de Bienestar Universitario,
quien contó con la colaboración de Daniel Roncancio, Henry Hirsh, Álvaro
Benítez y Bueno Espinosa, entre otros.
“Había mucho nerviosismo, era una época de
confrontación política y de recrudecimiento del conflicto, y esas
circunstancias se reflejaban en el momento de realización de la marcha, que
finalmente fue exitosa y contó con la participación de muchos estudiantes de
medicina y derecho”, rememora Bueno Espinosa.
“¡DEJA TU HUELLA!”
“¡La paz es un gran paso nacional. Deja tu
huella!” Esta era la consigna central de la Primera Cumbre Nacional por la Paz,
que tuvo connotaciones globales. En ella participaron Álvaro Leyva Durán,
exconstituyente; Álvaro Vásquez del Real, dirigente del Partido Comunista
Colombiano; Luis Carlos Restrepo, luego comisionado de Paz; Otti Patiño,
exdirigente del M-19 y excontituyente; Alonso Ojeda Awad, exembajador de
Colombia en Europa; Manuel Francisco Becerra, exgobernador del Valle y quien
ejerciera como contralor general de la República; Yolima Espinosa Vera,
dirigente política del Nuevo Liberalismo; Rodrigo Salazar, presidente de la
Asociación Colombiana de Pequeños Industriales, Acopi, y Rubén Sánchez,
catedrático de la Universidad del Rosario, entre otros.
Por la Universidad Libre, además de
Orejuela Díaz, estuvieron Óscar Hurtado Gómez, rector de la institución en el
momento; Jorge Gaviria Liévano, directivo del alma máter, y Carmenza Echeverry
de Restrepo, catedrática.
Las deliberaciones, cumplidas en el
tradicional auditorio Gerardo Molina de la Universidad en Cali, tuvieron
repercusión nacional y sustrajeron del ámbito centralista las discusiones sobre
la necesidad de los diálogos de paz.
De esta forma, la institución iniciaba un
largo recorrido en procura de aportar a la resolución de los conflictos desde
su campo, el estudio, la investigación, el análisis y la reflexión
universitaria, con prospectiva social, comunitaria.
“POR MÁS DIFÍCIL QUE SEA EL CAMINO DE LA
PAZ… CRUCÉMOSLO”
La Segunda Cumbre Nacional por la
Paz se cumpliría cuatro meses después, entre el jueves 2 y el viernes
3 de marzo de 1995, en la ciudad de Popayán, capital del Cauca, departamento
que históricamente ha sido epicentro de grandes jornadas de luchas de las
clases subalternas frente a poderes hegemónicos y, en la contemporaneidad,
escenario enconado del conflicto armado y social colombiano. Una de sus
consignas fue “Por más difícil que sea el camino de la paz… crucémoslo”.
En este certamen, Jorge Gaviria
Liévano destacó diversos valores que inspiraron a la Universidad Libre
para dar continuidad a esta iniciativa: “… la vigilancia para preservar la
vigencia de los derechos humanos, la preocupación fundamental por la
observancia de prácticas que contengan los conflictos dentro de marcos
humanitarios precisos, la aplicación de principios de solidaridad…” y “la lucha
histórica por ensanchar el círculo de la libertad, aún a riesgo de sacrificar
la propia vida”.[6]
A la Cumbre, que sesionó en el auditorio
del Centro Administrativo Municipal, CAM, de Popayán y fue inaugurada con la
presencia de autoridades locales y departamentales, asistieron, entre otros,
Iván Marulanda Gómez, exembajador de Colombia ante la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO; el excongresista
conservador Enrique Gómez Hurtado; el psiquiatra Luis Carlos Restrepo, autor
del libro El derecho a la ternura; Carlos Holmes Trujillo,
comisionado de Paz en la época, y Álvaro Morales Tombe, gobernador del cabildo
de Guambía.
Al rememorar los preparativos y la jornada
inaugural de la Cumbre, el docente José Fernando Daza Córdoba, uno
de los encargados de la organización del certamen, escribió: “Gustosísimo
atendió nuestro llamado el médico y compositor huilense Jorge Villamil
Cordovez, de tal forma que en su estudio musical en Bogotá me entregó para la
Universidad Libre y nuestro certamen su última creación: Canto a la
Paz, poema sonoro que me pidió aprendiera y presentara como himno de
nuestro encuentro. Así lo hice. Al inaugurar la Cumbre, luego del Himno
Nacional, guitarra en mano y acompañado por Jorge Villamil Cordovez, como
segunda voz, al unísono cantamos su canción y el resultado fue apoteósico. Tanto,
que los enemigos de la paz cortaron el fluido eléctrico de la Plaza de Caldas
donde se desarrollaba y aun así, con nuestras voces henchidas de felicidad por
nuestra patria, cantamos y repetimos la canción por petición de la inmensa
multitud de personas que se agolpaban para hacerse parte del histórico
acontecer”.[7]
Tras informar que en la primera jornada
del certamen se realizó un oficio religioso frente a la catedral, Silvio
Sierra Sierra, corresponsal del periódico El País en Popayán, destacaba lo
expresado por el arzobispo Alberto Giraldo Jaramillo acerca de que “el
compromiso por la paz incluye a todo el pueblo colombiano como una tarea
participativa”[8]
Más adelante, el corresponsal reseñaba lo
planteado por el alcalde de Popayán, José Gabriel Silva Riviere, “quien llamó a
la integración de las fuerzas comunitarias y las instituciones nacionales, a
objeto de encontrar en esta segunda jornada, un instrumento central que
determine las verdaderas causas del desasosiego social, pero que al mismo
tiempo defina las políticas para un encuentro nacional”.[9]
Registraba, igualmente, la intervención
del gobernador del Cauca, Rodrigo Cerón Valencia. “Los caucanos hemos venido
recibiendo en alto grado el impacto de esta guerra sin sentido”, dijo el
mandatario, y añadió, según el corresponsal: “Llegamos con fe y entusiasmo a
este encuentro, confiados en que los temas a tratar no quedarán en el olvido, y
que, por el contrario, servirán de ingredientes para ser analizados en la gran
búsqueda nacional de la paz”.[10]
De acuerdo con otra reseña, hecha en la
sección Política al Día del diario El País el sábado 4 de
marzo de 1995, “en desarrollo del certamen expusieron sus tesis sobre la
problemática de la violencia y la paz destacadas personalidades”, y agregaba
que “al certamen, coordinado por el presidente de la institución, Libardo
Orejuela, fueron invitados los parlamentarios Parmenio Cuéllar, Hernán Motta y
Aurelio Iragorri, lo mismo que Alonso Ojeda, asesor del Ministro de Gobierno, y
José Noé Ríos, exviceministro de Gobierno”. De igual forma, se mencionaba al
comisionado para la Paz en Cali en ese momento, Francisco Murgueitio Restrepo.[11]
En la misma columna se consignaba que, de
acuerdo con los organizadores del certamen, “‘el Gobierno Nacional recopilará
las propuestas de personas que de una u otra forma pueden contribuir a
restablecer la paz que necesitan los colombianos’, pues el objetivo es lograr
la participación de todos los representantes de la sociedad civil”.[12]
Andrés Hurtado García, columnista del
periódico El Tiempo de Bogotá, reseñaba también la Cumbre: “La Universidad
Libre, Seccional de Cali, celebró en días pasados en Popayán la II Cumbre
Nacional por la Paz. El lema, sugestivo, fue el siguiente: Por más difícil que
sea el camino de la paz... crucémoslo”, y agregaba: “Los ponentes, de las más
variadas tendencias y profesiones, trataron todos los asuntos referentes al
espinoso tema. Se habló de un aspecto clave: el imperio de la ley; si no hay
ley, es inútil, no se intente siquiera la paz. Se habló de justicia social, de
la educación, del empleo, de la salud, de la Constitución, de los jueces, de
los entes del Estado, del Ejército, de la Policía, de la paz en las familias,
de la paz consigo mismo, de los alzados en armas”.[13]
Hurtado García dio detalles interesantes
del certamen desde sus propias propuestas, que hoy, 21 años después, siguen
vigentes: “Yo me encargué de recordar a los asistentes que es necesario
intentar muchas paces para lograr la paz. Hablé de las tres paces: paz con el
hermano, paz con la raza y el pasado y paz con la Tierra… Pero no hablé de la
cuarta paz: la paz que debe firmar el Estado con sus individuos. Una de las
mayores fuentes de violencia en Colombia es el Estado, que irrita a los
ciudadanos y los indispone. La relación de millones de colombianos con los
entes del Estado es traumática y obliga a muchos a tomar caminos violentos…
Hagamos las cuatro paces y habrá paz”.[14]
Por su parte, Alba del Pilar Uribe,
corresponsal de El País en Popayán, escribía, al efectuar su balance de la
reunión: “Posiciones encontradas, fuertes cuestionamientos al Gobierno Nacional
y a la insurgencia, escepticismo frente al proceso de paz y propuestas
específicas de grupos rebeldes para iniciar los diálogos fueron los factores
que caracterizaron la II Cumbre Nacional por la Paz que concluyó en esta
ciudad”.[15]
Fue precisamente en la Segunda Cumbre
cuando se materializaron los primeros pasos en los acercamiento del Movimiento
Jaime Bateman Cayón --que reivindicaba el nombre del principal líder y fundador
del M-19--, con sectores de la sociedad civil, y era a ello a lo que se refería
la corresponsal del matutino El País en su despacho desde Popayán del domingo 5
de marzo de 1995: “A través de un video, el grupo Jaime Bateman Cayón manifestó
su deseo irrestricto de renunciar a cualquier forma de reinserción para sus
hombres, al considerar que ésta debe estar dirigida hacia las comunidades
abandonadas por el Estado”, y añadía que el novel movimiento “propuso los
diálogos regionales como una solución y un camino para llegar a la paz y la
firma de un código de ética, bajo la figura del Protocolo II de Ginebra”.[16]
De acuerdo con el investigador de la
Universidad del Valle Álvaro Guzmán Barney, los acercamientos
venían de más atrás y así lo plantea en un documento de reflexión teórica sobre
“la acción colectiva conflictiva”, en el que afirma que el proceso de paz con
el Movimiento Jaime Bateman Cayón, JBC, “se inicia con una carta dirigida por
el grupo guerrillero al coordinador de la Comisión de Paz de la Universidad
Libre, profesor Libardo Orejuela, en la que se le pide que interceda para que
el Gobernador del Valle sea un interlocutor para la Paz. La Universidad
organiza entonces una Cumbre Nacional por la Paz en Popayán en la que el grupo
guerrillero hace presencia a través de un video. Plantean que más que la
reinserción de sus hombres, la paz debe estar orientada a las comunidades
abandonadas por el Estado. El Gobierno de Samper confía en el inicio de las
conversaciones con el JBC, siempre que se suscriban acuerdos de respeto al
DIH”.[17]
El profesor Orejuela Díaz se refiere a lo ocurrido
con el Movimiento JBC en su libro Diccionario de la paz y del
conflicto, y afirma: “Todo lo positivo pareció visualizarse en los
acercamientos con el Movimiento Jaime Bateman Cayón, con el cual se
formalizaron conversaciones en octubre de 1995, se fijó una zona inicial de
distensión el 27 de diciembre del mismo año, se protocolizó el inicio de las
negociaciones el 2 de marzo de 1996, pero se produjo una ruptura que la
agrupación guerrillera declaró el 19 de abril de 1996, y el Gobierno replicó con
idéntica resolución dos días después”.[18]
En el balance que la corresponsal de El
País hacía de la Cumbre de Popayán, también se aludía al ELN, y se informaba
que en comunicado dirigido al certamen la agrupación insurgente advertía que
“en este proceso de paz que adelanta el Gobierno Nacional, se deben sentar a
dialogar todos los grupos en contienda”.[19]
Según el diario El País, en la Segunda
Cumbre el siquiatra Luis Carlos Restrepo cuestionó duramente la política de paz
del presidente Samper; Iván Marulanda señaló que “mientras la guerra siga
siendo mirada como un negocio rentable, en el país no habrá paz”; el senador
Enrique Gómez Hurtado cuestionó al comisionado de Paz de la época, Carlos
Holmes Trujillo, “por denominar políticos a los guerrilleros”, y el líder
guambiano Álvaro Morales Tombe concluyó que “no puede haber paz mientras no se
respeten los derechos económicos, políticos, culturales y ecológicos” de las
comunidades ancestrales”.[20]
Así, pues, durante el Gobierno de Samper
Pizano no se logró avanzar en los acercamientos con la insurgencia, más allá de
los pasos dados con el ELN en Maguncia, Alemania, y con el denominado Acuerdo
de Puerta del Cielo, en 1997, que finalmente no fructificaron. Las propuestas
de la Segunda Cumbre siguieron latentes y los problemas del conflicto, sin
resolución. La base objetiva para un nuevo encuentro quedaba a la orden del
día.
“JAMÁS REGRESAR A LA GUERRA”
Los diálogos llevados a cabo en la Zona de
Distensión del Caguán entre el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y las
Farc, luego del mandato de Ernesto Samper, también fracasarían y, como
consecuencia de ello, se recrudeció la confrontación durante los ocho años de
los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), período en el cual se
registró una cifra inusitada de víctimas en la población colombiana.
El contexto expuesto y el inicio de nuevos
acercamientos entre la insurgencia y el Estado durante la Administración de
Juan Manuel Santos (2012) representaron también nuevos argumentos y retos para
la Universidad Libre de Cali, que en 2014 convocó, en los mismos días de la
Primera, el 24 y 25 de noviembre, la Tercera Cumbre Nacional por la Paz.
Ella contó con la intervención de 31
panelistas nacionales e internacionales y una videoconferencia con voceros de
la Delegación de Paz de las Farc en La Habana, lo mismo que con un desfile
inaugural en el que participaron
estudiantes del Colegio Santa Isabel de Hungría y universitarios, activistas
sociales y comunitarios de Cali, al lado de docentes y directivos.
El desfile se cumplió a lo largo de la
Carrera 37, desde la Calle Quinta hasta la sede de la Universidad, como rememorando
la marcha de antorchas del 24 de noviembre de 1994, con la diferencia de que en
esta oportunidad el desfile era mañanero y trepando la loma camino al alma
máter, situada en la cima del barrio Santa Isabel.
Los conferencistas de la Tercera Cumbre
fueron, en su orden: Libardo Orejuela Díaz, quien instaló el certamen, el
senador liberal Horacio Serpa Díaz, la senadora de la Alianza Verde Claudia
López, el jurista Iván González Amado, la excandidata presidencial del Polo
Democrático Clara López Obregón, el catedrático español Fernando Harto D’Vera y
el constitucionalista español Roberto Viciano Pastor.
De igual manera, intervinieron el
magistrado del Consejo Superior de la Judicatura Wilson Ruiz Orejuela, el
sociólogo Jorge Enrique Carvajal, el médico Alonso Ojeda Awad, el exdirigente
del ELN Carlos Arturo Velandia Jagua, el politólogo Rubén Ignacio Sánchez, el
también politólogo Héctor Alonso Moreno, el presidente del Consejo Directivo de
la Universidad Libre Internacional de Bruselas, Bélgica, Jean Marc D´Greiff, y
el expresidente de la Corte Constitucional Alfredo Beltrán Sierra.
También, el dirigente del movimiento
Marcha Patriótica Andrés Gil, el sacerdote jesuita Francisco De Roux, el
exrector de la Universidad del Valle Jaime Galarza, la jurista brasileña Thaisa
De Souza, el exasesor de la Delegación de Paz del Gobierno en La Habana Antonio
José Lizarazo, la catedrática María José Fariñas, la filósofa Victoria Fontán y
la jurista Liliana Estupiñán Achury.
Asimismo, el coordinador editorial de la
revista Cepa Germán Roncancio, el constitucionalista Kenneth Burbano, la
arquitecta argentina Liliana Carbajal, el coordinador de Justicia Transicional
en Cali Carlos Alberto Aponte, el presidente del Instituto Catalán
Internacional para la Paz Rafael Grassa, el dirigente indígena del Cauca
Feliciano Valencia, el constitucionalista Alberto Ramos Garbiras y el
catedrático de la Universidad Nacional Daniel Libreros.
En su disertación, Alfredo
Beltrán Sierra hizo un recorrido pedagógico por la historia del conflicto
colombiano, y expresó: “Si buscamos la paz, tenemos que comprometernos muy seriamente
con la justicia social”, y concluyó: “Saludamos con alborozo la posibilidad de
que se llegue a la paz dentro de la Constitución”.[21]
En una de las intervenciones que mayor
impactó en el encuentro, el sacerdote jesuita Francisco de
Roux planteó: “Las víctimas nos están diciendo a nosotros
que nos sacudamos, es la invitación a construir una realidad distinta”.[22]
Al final de esta Cumbre se expidió una declaración política, en uno de
cuyos apartes se señalaba: “No es suficiente el esperado y final acuerdo de la
Mesa de La Habana para acabar con la guerra. Se requiere la instauración de la
mesa con el ELN, para lo cual solicitamos al Estado colombiano y a esta
agrupación insurgente propiciar de manera urgente el inicio de las reclamadas
conversaciones antes de terminar el año 2014”. La solicitud continúa vigente.
La Declaración
Política de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz, que contó con nutrida
asistencia en las seis jornadas cumplidas entre el 24 y el 25 de noviembre,
concluía con una consigna clave: “Edificar la paz para jamás regresar a la
guerra”.[23]
“CON ODIOS NO HABRÁ PAZ”
Concluido este certamen, las iniciativas
relacionadas con la búsqueda de la paz continuaron con el foro denominado Desayuno
Urgente por la Paz, cumplido el 15 de julio de 2015, con la
participación de representantes de las universidades Libre, del Valle, San
Buenaventura, Santiago de Cali, Bautista y Misak (de la comunidad guambiana).
Concurrieron, igualmente, voceros de la
Central Unitaria de Trabajadores, la Confederación General del Trabajo, la
Gobernación del Valle del Cauca, la Pastoral Social de la Arquidiócesis de
Cali, activistas de la comunidad de Llano Verde de Cali y de otros sectores,
investigadores sociales y periodistas.
Al intervenir en el certamen, el rector de
la Universidad Libre de Cali sostuvo: “Si la Mesa de La Habana fracasa, lo que
se viene es el desplazamiento de la guerra a las ciudades”.[24]
El foro fue clausurado
por Rodrigo Tombé, de la Misak Universidad, quien
aseveró: “Mientras sigamos con odios será muy difícil encontrar la paz”, y
puntualizó: “En Guambía hay 3.130 fogones donde se hace pedagogía por la paz”.[25]
Previamente, entre el 7 y el 8 de mayo de
2015, se realizó la Cumbre Nacional e Internacional de Derechos Humanos “Garantía
para la Vida”, con la participación de 14 expositores y como un nuevo aporte a la
reflexión académica sobre los problemas palpitantes del conflicto y los caminos
de la paz.[26]
“JUGADOS POR LA PAZ”
Con una Precumbre realizada el 11 de
noviembre de 2015, y con el eslogan “Jugados por la Paz”, se dio inicio a la
programación de la Cuarta Cumbre Nacional por la Paz, que se desarrolló con
la participación de 17 conferencistas colombianos y extranjeros en el Auditorio
Gerardo Molina de la Universidad en Cali, entre el jueves 12 y el viernes
13 de noviembre de 2015.
La conferencia de la Precumbre estuvo a
cargo del filósofo cubano Pablo Manuel Guadarrama
González, quien sostuvo: “La paz es un derecho
elemental de los pueblos y todo lo que hagamos debe estar en función de ella”,
y añadió: “Estamos obligados a entender que la condición humana siempre será
conflictiva, pero ello no significa la aniquilación del otro”.[27]
También participaron en esta jornada
Frisco González Reyes, director del periódico de humor político El Gato, y
Jaime Galarza Sanclemente, quienes hicieron la presentación del libro Rafael
Uribe Uribe, del que el primero fue compilador.
Durante la jornada inicial de la Cuarta
Cumbre reflexionaron sobre el conflicto, los posacuerdos y la lucha por la paz,
en su orden: Alberto Ramos Garbiras, Alfredo Beltrán Sierra, Carlos Medina
Gallego (investigador de la historia de las organizaciones alzadas en armas
vinculado a la Universidad Nacional) y Jaime Gilberto Mejía (docente de la
Universidad de Nariño).
En su vehemente intervención, el
profesor Medina
Gallego manifestó: “Las generaciones de la paz no han nacido, están por
engendrarse en las siguientes tres décadas”, y luego vaticinó: “Acabaremos la
guerra, pero la democracia se irá a las calles y no aguantará que sus líderes
estén en las cárceles, como ocurre actualmente con Feliciano Valencia y muchos
más”.[28]
El deportista Washington
Alexis Viera Barreto envió un mensaje grabado en video en el que hizo un
emotivo llamado al perdón y la reconciliación, a partir de su experiencia
personal, luego de haber sido gravemente herido y quedar parapléjico como
consecuencia de un ataque de delincuentes comunes del que fue víctima el 25 de
agosto de 2015 en Cali.
Durante la segunda jornada, llevada a cabo
el viernes 13 de noviembre, disertaron Cecilia Matilde López Montaño, exministra
de Agricultura; Iván Cepeda Castro, senador del Polo Democrático; Jorge Iván
González, exdecano de Economía de la Universidad Nacional; Fernando Duque
Nivia, docente universitario; Libardo Orejuela Díaz y Daniel Libreros.
También fueron conferencistas, Luis Arnul
Carvajal, catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid, España; Fabio
Ariel Cardozo Montealegre, consejero de Paz de la Gobernación del Valle del
Cauca, y William Ospina, escritor y ensayista.
En su disertación, el senador Cepeda Castro manifestó: “Las élites colombianas le tienen miedo a la paz,
tienen temor de que se acabe la guerra, pues por primera vez existe la
posibilidad de que surja algo inédito en el país: la democracia”.[29]
La comunidad académica había cumplido con
esta Cumbre una nueva jornada de reflexión y estudio, que no se quedaría allí,
pues la brega por la paz no tiene fin.
“LA PAZ, SÍ”, DICEN 50 ENTIDADES
Como ocurrió luego de la Primera Cumbe
(noviembre de 1994), cuando la Segunda se convocó solo cuatro meses después
(marzo de 1995), la Quinta ha sido citada para los días 17 y 18 de marzo
de 2016, a cuatro meses de realizada la Cuarta (noviembre de 2015).
Con la Agenda de Conversaciones en materia
de agricultura, cultivos de uso ilícito, participación política, víctimas y
justicia avanzada, pero con puntos clave aún por definir, como el del mecanismo
de refrendación de lo acordado, la coyuntura reviste una enorme importancia
para la Quinta Cumbre Nacional por la Paz, que será escenario
propicio para debatir, entre otros tópicos, sobre el plebiscito, defendido por
el Gobierno, y la asamblea nacional constituyente, propuesta por las Farc.[30]
Una de las grandes diferencias de la
Quinta Cumbre Nacional por la Paz con las anteriores es que a la convocatoria
se han unido más de 50 entidades de diferente índole, entre las cuales se
cuentan, además de la Libre, once universidades: la Nacional Abierta y a
Distancia (Unad), la del Valle, la Nacional de Colombia, la Autónoma de Occidente,
la de San Buenaventura, la Cooperativa de Colombia, la Misak, la Antonio
Nariño, la Tecnológica de Pereira, la Santiago de Cali y la del Pacífico.
De la convocatoria hacen parte,
igualmente, los semilleros de investigación de la Universidad Libre de Cali
Juan Friede, Ignacio Torres Giraldo y Jorge Eliécer Gaitán, Jega.
También, colectivos sociales y
comunitarios como la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca,
el Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc) y la Asociación
Nacional de Zonas de Reserva Campesina (Anzorc).
De igual manera, organizaciones ciudadanas
y gremiales como la Fundación Ciudad de Cali para la Educación y el
Emprendimiento, la Colegiatura de Abogados Litigantes de Santiago de Cali, la
Asociación de Profesores de la Universidad Libre (Asproul), el Movimiento
Ciudadano Plaza Libre, la Fundación Ciudad Visible, la Sociedad de Mejoras
Públicas de Cali, la asociación Mantenerse Juntos es el Progreso y la Fundación
Con Todas las Manos.
Participan de la convocatoria, también, la
Arquidiócesis de Cali, la Iglesia de la Santa Fe del Oriente Cristiano, la
Embajada de España en Colombia y la entidad Cooperación Colombia.
Asimismo, instituciones públicas como la
Gobernación del Valle y diez alcaldías de municipios del departamento del
Cauca: Santander de Quilichao, Corinto, Caldono, Miranda, Toribío, Puerto
Tejada, Buenos Aires, Guachené, Caloto y Suárez, al lado de la Asociación de
Municipios del Norte del Cauca.
Además, medios de comunicación
alternativos y gremios como el Círculo de Periodistas de Cali, el periódico
Desde Abajo y el periódico Paréntesis.
LA PROGRAMACIÓN EN CALI
Otra de las grandes diferencias con los anteriores
certámenes es que los actos y conferencias no se concentrarán en Cali, sino que
abarcarán por lo menos trece ciudades, al tiempo que habrá cubrimiento virtual
para más de cien municipios de todo el país.
Hasta el viernes 11 de marzo estaban confirmados
actos académicos de la Cumbre en universidades y diferentes escenarios de las
siguientes ciudades: Cali, Barranquilla, Buenaventura, Cartagena, Cúcuta,
Palmira, Pereira, Tuluá, Corinto, Silvia, Florida, Pitalito y Yumbo.
La instalación de la Quinta Cumbre
Nacional por la Paz tendrá lugar el jueves 17 de marzo en el
Auditorio Gerardo Molina de la Universidad Libre de Cali, a las 8:30 a.m.
Posteriormente, a las 9:45 a.m., se dará inicio a las intervenciones de los
conferencistas confirmados para la jornada matutina de ese día, que irá hasta
la 1:30 p.m.
En su orden, disertarán en esta primera
jornada Víctor Correa, representante a la Cámara antioqueño;Luis
Fernando Velasco, presidente del Congreso de la República; Alfredo
Beltrán Sierra, expresidente de la Corte Constitucional; Clara
López Obregón, excandidata presidencial; Alfonso Gómez Méndez,
exfiscal general de la Nación; Roy Barraras, senador vallecaucano,
y Carolina Corcho, representante de la Mesa Nacional por el Derecho
a la Salud.
En la sesión nocturna del jueves,
entre las 6:30 p.m. y las 9:30 p.m., estarán Jaime Alberto Leal Afanador,
rector de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Unad; Héctor Alonso
Moreno, catedrático de la Universidad del Valle; el sacerdote
franciscano Héctor Eduardo Lugo, director del Departamento de
Educación, Cultura y Universidades de la Conferencia Episcopal de
Colombia; José Antonio Gutiérrez, investigador chileno, catedrático
de la Universidad de Dublín, República de Irlanda, estudioso del conflicto social
y armado en Colombia; Jefferson Jaramillo, director del Programa de
Sociología de la Universidad Javeriana, investigador del conflicto, y José
Antequera Guzmán, abogado, hijo de José Antequera, líder de la Unión
Patriótica asesinado el 3 de marzo de 1989.
Para el segundo día de la Cumbre, el viernes
18 de febrero, entre las 8:30 a.m. y la 1:00 p.m., están previstas las
conferencias de Antonio José Lizarazo, censor nacional de la
Universidad Libres; María Teresa Pagazaurtundua, vicepresidenta de
Derechos Humanos del Parlamento Europeo; Rodolfo Arango,
constitucionalista; Jorge Gaviria Liévano, directivo de la
Universidad Libre; Carlos Holmes Trujillo, exconstituyente; Ángel
Martín Peecis, director regional de la Organización de Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, OEI; Vera
Grave, exdirigente del Movimiento 19 de Abril, M-19; Horacio Serpa
Uribe, senador santandereano, y Pedro Santana Rodríguez,
presidente de la Corporación Viva la Ciudadanía.
En la última sesión de la Cumbre, el viernes
en la noche, entre las 6:00 p.m. y las 9:00 p.m., estaránVíctor de
Currea-Lugo, catedrático de la Universidad Javeriana; Jairo Estrada,
profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de
Colombia; Horacio Duque, investigador social y periodista
alternativo; Daniel Libreros, abogado y catedrático de la
Universidad Libre de Bogotá, y Wilson Ruiz, magistrado del Consejo
Superior de la Judicatura.
Una tercera diferencia de esta Cumbre con
las anteriores es que en Cali, el sábado 12 de marzo, se desarrollará una
precumbre popular, en la Comuna 14 del Distrito de Aguablanca. La sede de
ésta es el auditorio de la Institución Educativa Monseñor Rubén Ramón Arcila,
situado en la Diagonal 26 K con Transversal 83 del barrio Marroquín II.
La coordinación de la misma se encuentra a
cargo de Rocío Vargas, líder comunitaria, quien destacó la
importancia de que los barrios del oriente de Cali conozcan los avances de las
conversaciones de paz entre las Farc-EP y el Gobierno Nacional en La Habana y
sus posibles acuerdos.
De esta forma, de 1994 a 2016, más de 21
años después, la búsqueda de la paz y del fin de la confrontación fratricida
entre colombianos sigue vigente. Y la Universidad Libre de Cali continúa
intentando contribuir con la reflexión y el análisis en la búsqueda de que la
paz se abra paso, a pesar de las ansías de los guerreristas, que no están
satisfechos con 60 años de dolor. Por eso, la Libre y las 50 entidades que la
acompañan en esta Quinta Cumbre dicen: “La paz, SÍ”.
(*) Periodista, abogado, magister en
historia. Editor de la Revista Cuadernos de Paz de la Universidad Libre de Cali
y de los periódicos virtuales Paréntesis y ¡Periodismo Libre! Docente.
NOTA: Este texto fue escrito el miércoles
24 de febrero de 2016 y ampliado y actualizado el jueves 10 de marzo de 2016.
El primer texto fue publicado en la edición No. 92 de PARÉNTESIS, el jueves 25
de febrero.
[1] Díaz,
Amparo y Villamizar, Darío, editores. Acuerdos de paz, Colección
Tiempos de Paz, Bogotá, Red de Solidaridad Social, 1999.
[2] Semanario Virtual Caja de Herramientas, edición
427, semana del 28 de noviembre al 14 de diciembre de 2014. http://viva.org.co/cajavirtual/svc0427/articulo02.html Consulta: martes 23 de febrero de 2016.
[4] Orejuela
Díaz, Libardo. “El país que sufre está fuera de las aulas”, en: Revista
Cuadernos de Paz No. 3, Cali, Universidad Libre, 2014, p. 36.
[6] Ver:
González Pérez, Marcos, autor-compilador. Fiesta y Nación en Colombia, Colección
Aula Abierta, Bogotá, Coop. Editorial Magisterio, Universidad Distrital
Francisco José de Caldas, 2007, p. 137.
[7] Carta
al director del periódico Paréntesis, el viernes 26 de febrero de 2016, vía
correo electrónico.
[8] Sierra
Sierra, Silvio, “Arzobispo de Popayán invita a la reflexión en Cumbre Nacional.
‘La paz necesita dosis de voluntad’”, en: diario El País, Cali, viernes 3 de
marzo de 1995, p. E-4.
[13] Hurtado García, Andrés, “Cuatro paces para la
paz”, en: diario El Tiempo, Bogotá, lunes 13 de marzo de 1995. Disponible
en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-273792
[15] Uribe,
Alba del Pilar, “Pronunciamientos del ‘Jaime Bateman Cayón’ y del ELN en Cumbre
de Popayán. Se deben ampliar escenarios de paz”, en: diario El País, Cali,
domingo 5 de marzo de 1995, Sección La Región, p. C5.
[17] Guzmán
Barney, Álvaro, “Reflexiones teóricas y metodológicas sobre acción
colectiva conflictiva”, Documento de Trabajo 125, Cidse, Cali, Universidad del
Valle, 2010. Disponible en:
[18] Orejuela
Díaz, Libardo. Diccionario de la paz y del conflicto. Teorías, guerras civiles,
biografías, propósitos de paz y acuerdos, Cali, Editorial Faid, 1999, p. 310.
[19] Uribe,
Alba del Pilar, “Pronunciamientos del ‘Jaime Bateman Cayón’ y del ELN en Cumbre
de Popayán. Se deben ampliar escenarios de paz”, en: diario El País, Cali,
domingo 5 de marzo de 1995, Sección La Región, p. C. 5.
[21] Ver: “Con pleno éxito se cumple la Tercera
Cumbre Nacional por la Paz. ‘Si buscamos la paz, debemos comprometernos con la
justicia social’”: Alfredo Beltrán Sierra, en: periódico virtual
Paréntesis, martes 25 de noviembre de 2014. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2014/11/noticia-con-pleno-exito-se-cumple.html
[22] Ver:
Mena S., Luis Alfonso. “Ecos de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz, cumplida
en Cali. ‘El mensaje de las víctimas es parar la guerra’”: Francisco de Roux,
en: periódico virtual Paréntesis No. 57, lunes 8 de diciembre de 2014.
Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2014/12/edicion-no-57-informe-ecos-de-la.htmlinforme-ecos-de-la.html
[23] Declaración
Política de la Tercera Cumbre Nacional por la Paz “Una mirada a la posguerra”,
en: Revista Cuadernos de Paz No. 4, Cali, Universidad Libre, 2015, p. 348.
[24] Ver:
Mena S., Luis Alfonso. “Foro en la U. Libre de Cali propone Comisión Regional
de la Verdad. Se abre paso Coordinadora Académica por el fin de la Guerra”, en:
periódico virtual Paréntesis No. 76, miércoles 15 de julio de 2015. Disponible
en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/07/edicion-no-76-informe-foro-en-la-u.html
[26] Ver:
“Cumbre Nacional e Internacional de Derechos Humanos”, en periódico virtual
Paréntesis No. 64, lunes 4 de mayo de 2015. Disponible en:http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/05/edicion-no-64-noticia-entre-el-7-y-el-8.html
[27] Ver:
Mena S., Luis Alfonso. “’La paz es un derecho elemental de los pueblos’, dice
Pablo Guadarrama”, en periódico virtual Paréntesis No. 83, miércoles 11 de
noviembre de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/11/edicion-83-este-jueves-12-de-noviembre.html
[28] Ver:
Mena S., Luis Alfonso. “’Dentro de tres semanas anunciarán la mesa de diálogo
con el ELN’”, revela Carlos Medina”, en periódico virtual Paréntesis No.
84, jueves 12 de noviembre de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/11/edicion-84-en-primer-dia-de-la-4-cumbre.html
[29] Ver:
Mena S., Luis Alfonso. “Completo balance de la Cuarta Cumbre Nacional por la
Paz. ‘Las élites le tienen miedo a la paz’”, en: periódico virtual Paréntesis
No. 85, lunes 16 de noviembre de 2015. Disponible en: http://parentesiscali.blogspot.com.co/2015/11/edicion-no-85-completo-balance-del.html
[30] Ver:
“Debate sobre plebiscito y constituyente, entre los puntos del certamen de
marzo. En Aguablanca y Siloé, preámbulos de la Quinta Cumbre por la Paz, en
Cali”, en: periódico virtual Paréntesis No. 91, martes 9 de febrero de 2016.
Disponible en:http://parentesiscali.blogspot.com.co/2016/02/debate-sobre-plebiscito-y-constituyente.html
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